03 de septiembre, abordando el Freedom of the Seas
Una gran expectativa ocasiona el saber que nos montaremos en el barco de cruceros mas grande del mundo, además de ser el mas moderno y de reciente inauguración, el Freedom of the Seas de Royal Caribbean Internacional.
Después del desayuno en el hotel AmeriSuite West de la 82 avenida en Miami, Florida, nos reunimos con el equipaje en el lobby del hotel para salir directo al puerto de Miami.
En un camión U-HAUL 350 montamos todo el equipaje y en las tres maxivans salimos para el puerto de Miami a las 11 de la mañana.
Una vez en el puerto colocamos las respectivas etiquetas a nuestro equipaje y después de larga cola nos dieron nuestra identificación para el barco. Pasando una tediosa inmigración, por fin como a las dos de la tarde entramos al barco.
Impresionante por su tamaño y lujo, nos dimos las primeras perdidas buscando los camarotes. Una vez en los mismos, la típica discusión por las camas, quién va arriba, quién abajo, etc. Pero como buenas compañeras, fácilmente nos pusimos de acuerdo y salimos a disfrutar de un excelente bufete en el Windjammer Café, impresionante, grande lujoso y con comida de todo tipo, en pocas palabras fabuloso.
Volvimos a los camarotes y luego salimos a cubierta a esperar la salida del barco, que por cierto se retrasó una hora, ya que salimos a las seis, en medio de un regular aguacero, ya acostumbrados en estos días, por el canal del puerto de Miami hacia alta mar.
Por cierto que como anécdota, estuvimos toda la salida hacia el mar “escoltadas por CHARO” (la mamá de Antonieta) que desde su carro por la autopista que va del Miami DownTown hacia South Beach, nos saludaba y viajaba en su carro paralelo al barco. Nota para el recuerdo.
Después de descansar un rato, nos cambiamos para ir al comedor, auque algunas ya habían probado Pizzas y Helados, la comida y atención de esta primera noche fue excelente.
Tenemos una discoteca exclusiva para nosotras (15 a 17 años), aunque nos “votan” a la una de mañana.
Después no nos dejan andar solas por el barco, así que no queda más remedio que estar acompañadas por nuestras chaperonas y guardaespaldas para todos los sitios que vamos.
Cómo nuestras chaperonas se cansaron primero que nosotras, no nos quedó más remedio que ir a dormir a las tres de mañana.
Bueno amanecerá y veremos, ya que tenemos todo un día de navegación para conocer y disfrutar de este Mega-Barco. Hasta mañana.
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